El grito de las mujeres: Fuera Erdogan!


Ante el anunció de la visita del presidente Turco Recep Tayyip Erdoğan al Ecuador, organizaciones sociales, colectivos, defensoras de derechos humanos y de las mujeres, anunciaron acciones de rechazo ante su presencia y por el anuncio de un acuerdo comercial, un TLC Turquía - Ecuador. 

Decidimos ir al Instituto de Altos Estudios Nacionales IAEN donde mediante una invitación abierta, Erdogan iba a presentar una Conferencia Magistral.  Fuimos a expresar nuestro rechazo a su presencia en el Ecuador y salir, pero, nos sacaron. Entramos, nadie nos pidió documentos.   Aproximadamente a las 18.30 llegó el presidente turco, en medio de un impresionante operativo de seguridad. 

Una persona de la tercera edad salió luego de que presentaran al presidente Erdogan, en su retirada, indignado manifestó: “como puede ser posible que se invite a este señor aquí”.  Nos quedamos sorprendidas, no éramos las únicas inconformes. 

En cuanto Erdognan pronunció la palabra Ecuador, nos levantamos seis mujeres con las manos en alto y gritamos “fuera Erdogan Fuera”.  Un acto de protesta pacífico, en nuestro país, amparadas en nuestros derechos.  Casi sin terminar la frase, fuimos brutalmente silenciadas por la seguridad de Erdogan.  Primero nos taparon la boca y golpearon.  Pasando las cortinas fue lo peor, sometidas en el suelo nos golpearon en la vagina, los senos, la espalda y el cráneo, tiraron de nuestros cabellos hasta sacarnos del auditorio del IAEN que fue territorio turco.  En los exteriores, ningún policía impidió esta agresión, impávidos, unos sin saber qué hacer, y hasta asustados apenas levantaron la mano tibiamente en señal de calma.


Esto fue una pequeña muestra de lo que diariamente ocurre en Turquía.  Recibimos una Conferencia Magistral en violación a los derechos humanos.    

¿Cómo es posible que una fuerza de seguridad extranjera actúe de esta manera, violentando la soberanía del Ecuador? ¿Porque se permitió que el aparato de seguridad turco ejerza violencia contra ciudadanos ecuatorianos al interior como al exterior del IAEN?

El Ministro del Interior se pronunció de forma ambigua. El canciller Ricardo Patiño, lamentó lo que llamó “insultos” contra el presidente turco y también señaló que es “injustificada la actuación de las personas de la seguridad del gobierno de Turquía…”.  En el enlace No. 461 el presidente Correa señaló que “a pesar de estas chicas malcriadas...no se justifica la actuación de la seguridad turca". Nosotras no esperábamos más del Presidente, pero ni siquiera con el Asambleísta de gobierno que resultó herido en los exteriores del IAEN expresó su solidaridad.

A Correa la soberanía le vale tres atados. ¿Dónde quedó el discurso de patria altiva y soberana? Bueno, ya sabemos donde se queda la soberanía cuando se trata de "vender la patria". Erdogan le dio tres vueltas.
Correa está entregando el país en pedazos, que soberanía ni que nada! Puerto Bolívar, 50 años de concesión a favor de los turcos, ¿bajo qué condiciones? ¿Cuál es el historial de la empresa?

En conclusión: el presidente Rafael Correa le pide excusas a Erdogan, bajo el calificativo de “chicas malcriaditas” justifica la agresión contra seis mujeres ecuatorianas; y ruega por los acuerdos comerciales.  Se convirtió en una “alfombra turca”.  Y transmite el mensaje “aunque pegue, aunque mate Erdogan es”. Que importan los derechos humanos, la soberanía, sus ciudadanos.

Erdogan lleva en el poder cerca de 13 años, es miembro del Partido para la Justicia y el Desarrollo (siglas AKP). Fanático islamista y conservador.  Internacionalmente cuestionado por la violación a los derechos humanos de minorías étnicas como los kurdos, por su intromisión en la guerra contra Siria y su implacable política de persecución y criminalización contra opositores turcos y kurdos. Implicado en denuncias de vinculación con ISIS y en casos de corrupción, donde como nos suena conocido, los periodistas que denuncian terminan enjuiciados.
Con este señor, el presidente ecuatoriano Rafael Correa se dio la mano, hizo negocios, comió y sonrió.  Esto lo retrata de cuerpo entero.

Pero que nos sorprende, tan parecidos son Rafael y Recep, que hasta economistas son, autoritarios, retrógrados, misóginos con las diferencias del caso.
A Correa y Erdogan les encanta entrometerse en la vida de los ciudadanos y sobre todo las mujeres.

Por ejemplo, en repetidas ocasiones Correa ha señalado a qué edad las mujeres deben empezar su vida sexual, con Erdogan cuántos hijos las mujeres deben tener.  

Los dos rechazan el aborto, Rafael impidió la despenalización del aborto y, en Turquía a pesar de ser “legal”, Erdogan ha imposibilitado hacerlo en hospitales públicos. 

Criminalizan y persiguen a quien piensa diferente tachándolos de terroristas. 

Erdogan, “en mi país tenemos terroristas no solo en las montañas, sino periodistas, intelectuales, sindicalistas son terroristas

Correa “Todo el que se opone al desarrollo del país es un terrorista

Persiguen periodistas, cierran medios de comunicación. Encarcelan intelectuales, alcaldes electos democráticamente. 

Han modificado la Constitución para sus intereses. Restringieron el consumo de alcohol. 

No toleran el humor, la sátira, censuran las redes sociales, etc.

Les encanta el cemento. Y el ambiente poco les importa, el Yasuní destrozado por Correa y los intentos de destruir el hermoso parque en Estambul, el Gezi.

Despilfarradores en competencia.

El uno se cree rey y el otro sultán.

Pero sin duda, las ejecuciones extrajudiciales, los bombardeos en poblaciones kurdas, sirias, los atentados, los asesinatos a activistas sobre todo mujeres, los más de 14 mil presos políticos turcos y kurdos, etc., le hace merecedor a Erdogan de que le llamen, en el Ecuador y en el mundo: genocida.

Por esto y más protestamos, porque en estos momentos de crisis que vive el mundo, de guerra, de migraciones forzadas, de asesinatos en masa, de invasiones y disputas geopolíticas, la solidaridad entre pueblos es tan cercana y necesaria, y sus luchas tan nuestras.
 




Nota del Diario El Universo 
http://www.eluniverso.com/noticias/2016/02/14/nota/5401606/socio-comercial-criticado-derechos-humanos
Domingo, 14 de febrero, 2016  -  00h07

Un socio comercial criticado por los derechos humanos



No recuerdan cuántos eran (unas estiman 30; otras 50), pero coinciden en que esa tarde del 4 de febrero en el auditorio del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN) había más presencia de ellos que de público. La seguridad del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, que cumplía una visita oficial a Ecuador, era numerosa y lo comprobaron cuando se les abalanzaron tres hombres por cada una, aseguran, para taparles la boca, agarrarlas por el cuello y los brazos y sacarlas a empellones del recinto. Afuera, afirman, otros las arrastraron, las halaron de los cabellos y les dieron puntapiés en los senos, las costillas, la vagina...
Eran 7 mujeres, Cristina Cachaguay, Stephanie Altamirano, Pilar Rassa, Karla Calapaqui, Annabel Guerrero, Ana Cristina Vera y otra, como ellas, activista e integrante de la Plataforma Nacional por los Derechos de las Mujeres, que prefiere no figurar. Se habían organizado para reclamar por la presencia del mandatario, quien dictaba la conferencia ‘Política exterior de Turquía y Latinoamérica’.
“Queríamos rechazar su presencia y que él (Erdogan) conozca que el movimiento de mujeres en el Ecuador no aceptaba que un presidente genocida, machista, que viola los derechos de las mujeres y del pueblo de Turquía esté en el Ecuador”, cuenta Cristina Cachaguay, presidenta nacional del Movimiento Mujeres por el Cambio.
Ella era una de las activistas que gritaba “Fuera, Erdogan, fuera”, “Erdogan, asesino”, cuando los miembros de la seguridad acudieron a callarlas. Aparece vestida con un suéter rojo, gritando y tratando de esquivar a los hombres que la agreden en un video que registró el canal Ecuavisa.
Aún tienen frescos los recuerdos. Y también la indignación, por lo que el pasado jueves hicieron un plantón en los bajos de la Cancillería para que el hecho “no pase al olvido” y porque “el Gobierno no ha actuado como lo debería haber hecho”.
Un día después de la agresión, el canciller Ricardo Patiño lamentó, en rueda de prensa, que Erdogan haya sido “objeto de gritos e insultos” y reclamó por la actitud violenta de la seguridad hacia personas que “estaban irresponsablemente gritando en contra del presidente”.
El presidente Rafael Correa, en su enlace del pasado 6 de febrero, habló de una “falla en cadena” de parte de la seguridad turca y la policía local, y llamó “malcriadas” a las mujeres. “...Humillaron al país. No sé qué querrán, ¿que rompamos relaciones con un país?...”. Afirmó que se había presentado la protesta formal a Turquía.
Y el jueves pasado Patiño anunció: “Esperaríamos disculpas al menos porque ellos no debieron hacer eso, están absolutamente injustificados”.
“Nosotros, que vamos a defender los derechos humanos de las mujeres, ¿podemos humillar al país?”, reclama Pilar Rassa, una de las manifestantes que tiene aún un moretón en la cara.
Asegura que lo que gritaron en el auditorio del IAEN es lo que critica el mundo y académicos, políticos y periodistas, que ahora son perseguidos.
Erdogan, de 61 años, es presidente de Turquía desde 2014, luego de haber ejercido 13 años como primer ministro. Llegó de la mano de su partido, de la Justicia y el Desarrollo (AKP), que goza de mayoría absoluta en el Parlamento luego de haber convocado a elecciones anticipadas en noviembre pasado.
Su gobierno es cuestionado por mantener una ofensiva contra los rebeldes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en el sureste de Turquía, donde la mayoría de la población es kurda.
El Gobierno turco considera como organizaciones “terroristas” al PYD (Partido de la Unión Democrática) o a las YPG (Unidades de Protección del Pueblo, la milicia de PYD), vinculadas a los rebeldes del PKK. Ambas luchan contra el grupo terrorista autodenominado Estado Islámico (EI) y han recibido el apoyo militar de Estados Unidos.
Desde mediados de 2015, Turquía se sumó a los ataques contra los yihadistas, pero los críticos al régimen aseguran que lo hizo para poder atacar a los separatistas kurdos, quienes han denunciado bombardeos a sus posiciones.
Ante esos ataques reaccionaron, en enero pasado, 1.300 académicos de Turquía y el extranjero, incluido el estadounidense Noam Chomsky. Con el título ‘No seremos parte de este crimen’, firmaron una carta que denuncia masacres del Ejército contra el PKK, lo que generó que 18 académicos fueran detenidos, acusados de “incitación al odio” y difundir “propaganda terrorista”, según agencias de prensa. En cadena de TV Erdogan los llamó “ignorantes”.
Los ataques a la libertad de expresión han sido otra de las críticas al Gobierno. Turquía ocupa el puesto 149 de 180 en el reporte sobre Libertad de prensa de Reporteros Sin Fronteras, que pidió a las autoridades acabar “con el abuso de las leyes antiterroristas”, que buscan “enfriar las informaciones sobre asuntos de interés público”.
El año pasado, Erdogan pidió cadena perpetua para el periodista Can Dündar, del diario Cumhuriyet, quien filtró un audio en el que la Inteligencia proponía un atentado con bandera falsa para justificar intervenir en Siria y publicó imágenes de tráileres con armas ocultas para grupos terroristas sirios. En entrevista con el diario español El Mundo, Dündar asegura que se han creado pools de medios favorables al Gobierno.
“Un gobierno autoritario no podía pasar desapercibido, para qué vienen, vienen invitados por nuestro Gobierno para entregarles partes de nuestro territorio”, señala Rassa.
Erdogan ha puesto en la mira a América Latina para reforzar sus relaciones comerciales y de cooperación. Días antes de llegar al país había visitado Chile (donde también hubo una protesta por su llegada) y Perú.
En Ecuador suscribió acuerdos económicos y de cooperación, entre ellos un memorando de entendimiento con un consorcio turco para una inversión de hasta $ 750 millones en la ampliación de las instalaciones portuarias de Puerto Bolívar. Y se trabaja en la firma de un tratado de libre comercio. La meta, según Erdogan, es aumentar el comercio con Ecuador de $ 119 millones anuales a $ 500 millones o $ 1.000 millones. (I)

Comentarios

  1. Rechazamos el acto de barbarie cometido por las fuerzas de seguridad de un mandatario extranjero en nuestro país, indigna además la inacción de las fuerzas del orden ecuatorianas y más aun del presidente ecuatoriano que en lugar de defender a sus ciudadanos 'pide perdón' en nombre de las víctimas.

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